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Significado de Listen To The Hummingbird - Leonard Cohen?

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La composición de Leonard Cohen, "Escucha al Colibrí", se presenta como un opus poético que invita a los oyentes a adentrarse en la contemplación sobre la belleza de la naturaleza y los misterios inefables inherentes a la vida. Su destreza lírica se caracteriza por un profundo sentido de humildad, sugiriendo una redirección imperativa de la atención hacia las maravillas matizadas omnipresentes en nuestro entorno. Cohen, en los primeros versos, orquesta una invocación al colibrí, una criatura delicada cuyas alas etéreas escapan al alcance del ojo desnudo. Esta elección metafórica funciona como un catalizador, cultivando una apreciación más elevada por los aspectos a menudo pasados por alto de la existencia.

El estribillo recurrente, "Escucha al colibrí, Cuyas alas no puedes ver", sirve como un leitmotiv, reforzando el núcleo temático de abrazar lo imperceptible y trascender las limitaciones de la percepción humana. Cohen contrasta hábilmente este enfoque en el colibrí con una súplica de no prestar atención a su propia voz, subrayando así la naturaleza inconsecuente de su expresión individual vis-à-vis las maravillas impresionantes del mundo natural. Esta postura autodepreciativa impregna la canción con profundas capas, transformándola en una meditación contemplativa sobre la humildad inherente tejida en el tejido de la experiencia humana.

En la segunda estrofa, la inclusión de la mariposa presenta otra faceta fugaz de la naturaleza. La directiva, "Escucha a la mariposa, Cuyos días apenas llegan a tres", implora a los oyentes que reconozcan la naturaleza efímera de la existencia, trazando paralelismos conmovedores entre la vida delicada de la mariposa y la brevedad de nuestro viaje terrenal. La repetición del estribillo amplifica este mensaje conmovedor, sirviendo para subrayar la sabiduría inherente en atender a lo efímero y lo frágil, impartiendo un sentido de profundidad a la narrativa de la canción.

La tercera estrofa introduce una dimensión espiritual, instando a los oyentes a "Escuchar la mente de Dios, Que no necesita ser". Cohen introduce hábilmente una perspectiva metafísica, instando a involucrarse con una conciencia superior más allá de los confines del intelecto humano. La yuxtaposición de la mente divina con la súplica de no prestar atención al propio cantante acentúa el tema general de trascender las voces individuales y abrazar una perspectiva más universal, elevando la canción más allá de una mera expresión poética.

A medida que la canción regresa elegantemente al colibrí en su última estrofa, la repetición se convierte en un refrán conmovedor, reforzando la importancia de prestar atención a los matices a menudo pasados por alto y sutiles de la vida. La directiva concluyente, "Escucha al colibrí, No me escuches a mí", encapsula la humildad y reverencia que Cohen infunde en el oyente, instando a un viaje introspectivo hacia las maravillas de la existencia.

"Escucha al Colibrí" es un testimonio de la destreza de Leonard Cohen para transmitir verdades profundas a través de un lenguaje simple pero evocador. Sus capas multifacéticas extienden una invitación a la audiencia, desafiándola a reflexionar sobre los temas interconectados de la naturaleza, la mortalidad y la espiritualidad. La canción sirve como un recordatorio poético de abrazar la belleza intrínseca del mundo y escuchar verdaderamente, con intención, a los colibríes que adornan el tapiz de nuestras vidas.


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