"La Última Sesión de Freud", una película británica de 2023 adaptada de la obra teatral de Mark St. Germain, es una fascinante pieza cinematográfica que explora un encuentro hipotético entre Sigmund Freud y C.S. Lewis. Esta narrativa ficcionalizada, basada en el libro de Armand Nicholi "La Pregunta de Dios", se desarrolla como un diálogo estimulante entre dos gigantes intelectuales.
En el contexto de la inminente Segunda Guerra Mundial, el filme explora temas profundos a través de las interacciones entre Freud, interpretado por Anthony Hopkins, y Lewis, encarnado por Matthew Goode. Mientras conversan en el despacho de Freud, la trama entrelaza contexto histórico, luchas personales y discursos filosóficos. Freud, enfrentando un cáncer oral, y Lewis, explorando su recién encontrada fe cristiana, participan en un debate conmovedor que abarca desde la existencia de Dios hasta el significado de la vida.
La simplicidad de la historia oculta su profundidad. No es solo un debate sobre religión y psicología; es una exploración matizada de la experiencia humana. Freud, en sus últimos días, se muestra como un hombre que equilibra el dolor con el humor, el escepticismo con la curiosidad. Lewis, por otro lado, se presenta más reservado, lidiando con sus creencias y su impacto en su vida personal. La película no evita retratar las complejidades de estos personajes, incluyendo la dependencia de Freud a la morfina y la complicada relación de Lewis con su amante, Janie, añadiendo capas al relato.
El brillo de "La Última Sesión de Freud" reside en su habilidad para humanizar a estas figuras icónicas. El guion, cargado de discursos intelectuales, cobra vida gracias a las estelares actuaciones de Hopkins y Goode. La interpretación de Freud por Hopkins no es solo la de un renombrado psicoanalista, sino la de un hombre enfrentando su mortalidad con una mezcla de desafío y vulnerabilidad. Lewis, representado por Goode, se muestra con una intensidad tranquila, reflejando el conflicto interno de un hombre atrapado entre la fe y la razón.
Sin embargo, el enfoque del filme en el diálogo y el estudio de los personajes puede no ser del gusto de todos. Se asemeja a ver una obra de teatro, con la mayor parte de la acción sucediendo a través de palabras más que de eventos físicos. El ritmo y la estructura de la narrativa, cargados de flashbacks y discusiones filosóficas, pueden representar un desafío para aquellos no profundamente interesados en psicología o religión.
En esencia, "La Última Sesión de Freud" es más que un simple encuentro ficticio de mentes. Es una reflexión sobre las grandes preguntas de la vida, una representación de dos visiones del mundo contrastantes y una mirada íntima a la condición humana. A través de su diálogo intrincado y temas profundos, la película invita a los espectadores a un espacio donde las ideas y las emociones se cruzan, ofreciendo una experiencia cinematográfica única que resuena más allá de su contexto histórico.
